JUEVES CLANDESTINOS

Los Jueves por la tarde
las visitas acudían a casa
como viejas gaviotas fatigadas.
Mamá nos preparaba, engalanados,
para los turbios besos
de las viejas visitas desdentadas.
Con nuestros escapularios
de la Virgen del Carmen
y engominados a tope nuestros cabellos
las tardes nos parecían
una tortura insoportable.
Durante mas de una hora
chismorreaban con grititos engalanados
y al salir, creyentes ellas,
besaban las Vírgenes
de nuestros escapularios.
Mi hermano comenzaba a llorar
y un agrio olor a luto
reverdecia por todas
las estancias oscuras de la casa

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8 respuestas a JUEVES CLANDESTINOS

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  2. felizahora dijo:

    Pes tú no has tenido sagrarios haciendo de huchas en tu casa, yo si, ala

  3. jose antonio reina dijo:

    Que recuerdos, verdad. Mi abuela es devota del perpetuo socorro. también hay sagrario con hucha en su casa. Y se lo van pasando de vecina en vecina para que viva con ellas un ratito en casa.

  4. Hagamos posible que no vuelvan ni los jueves clandestinos ni el agrio olor.

    Salu2 Córneos

  5. Excelente recordatorio poético de una época felizmente superada y espero que para siempre.
    Enhorabuena, José Antonio.

    José María Ariño

  6. Alguien habla del oprobio, de la vergüenza con diéresis… Simple acento, acento circunflejo en el cual el espejo salta en mil pedazos.

  7. reiterado… el necio inútil tiende su persistente araña triste hacia qué sombra

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